Inmobiliaria J.G Valencia
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Tener vivienda propia es el sueño de miles de colombianos. Una casa es ese anhelo que se convierte en el hogar cálido, en el patrimonio familiar y en la herencia para sus hijos. Para alcanzar ese anhelo debe estructurar esa idea para que más tarde hechos como un embargo, no lo conviertan en pesadilla. Varias entidades bancarias del país y el programa de Educación Financiera de Asobancaria, le explicaron a Vanguardia Liberal los aspectos más importantes al momento de adquirir casa propia. Estas son sus recomendaciones.
¿Está preparado?
Los expertos aconsejan que antes de tomar la decisión de comprar su casa, haga muy bien las cuentas y se asesore sobre el paso que va a dar.
Tenga en cuenta que además de la cuota inicial, requiere dinero para los gastos de cierre (escritura y registro) y la dotación del nuevo hogar.
Si va a usar un crédito, prefiera los hipotecarios pues generalmente ofrecen buenas alternativas de tasas de interés, plazos, seguros y disminución de impuestos. Además, tenga en cuenta que el valor del crédito para comprar vivienda depende de su capacidad de pago y nivel de endeudamiento.
Según Asobancaria, los compromisos mensuales para pagar sus deudas como la cuota de un carro, tarjeta de crédito o préstamos para libre inversión, disminuyen los recursos para el pago de la cuota del crédito hipotecario.
“En Colombia el porcentaje máximo del ingreso que puede dedicar al pago de una vivienda es del 30%, por lo que es recomendable revisar el porcentaje del ingreso destinado al pago de deudas. Si este es elevado, establezca un plan para bajarlo un poco antes de comprar”, explica uno de los expertos.
Financiamiento
Cuando haya escogido la vivienda, debe tener en cuenta su financiamiento:
Debe saber cuánto cuesta su elección, así como el sistema de amortización y los plazos que quisiera. Es en este punto cuando tiene que buscar las entidades financieras donde puede solicitar el crédito.
Al hacer esa elección tenga en cuenta factores como el tiempo de procesamiento de la solicitud de crédito, facilidades para realizar pagos, la tasa de interés, costos del crédito y valor de los seguros, pues cada banco, cooperativa o entidad financiera tiene pólizas colectivas con diferentes valores y coberturas.
También debe tener en cuenta que los bancos financian el 70% de su vivienda sin importar si la propiedad es de interés social o si no lo es. El pago del resto (30%) es la cuota inicial.
Hay dos clases de crédito para vivienda, el que se da en pesos y el de UVR. El primero es crédito con tasa fija durante su vigencia, la cual permite amortización constante a capital desde la primera cuota. Está regido por la Ley de Vivienda por lo tanto no permite capitalización de intereses y su crédito está garantizado con el mismo inmueble a financiar. Este tipo de crédito es exclusivo para la adquisición de vivienda nueva o usada.
También está por UVR (Unidad de Valor Real), un sistema cuyo valor de cuota es variable, pues está sometido a las variaciones en el índice de inflación. Esto significa que un mes la cuota puede ser más baja o alta que en el periodo anterior, lo cual supone incertidumbre para el usuario financiero, especialmente si no tiene un buen margen de maniobra económica.
No obstante, la ventaja del UVR es notoria en economías con tendencias inflacionarias a la baja tal y como sucede en Colombia donde la inflación no sólo está controlada sino que además tiende a reducirse.
Otra opción que se está popularizando es el leasing habitacional, usada para vivienda que no es de interés social. En ese sistema, el “comprador” debe pagar un alquiler, cuyos cánones de arrendamiento se constituyen en parte de pago por compra si el arrendatario cumple determinado tiempo con dicho leasing habitacional.
Es decir, que el inmueble pertenece a la entidad financiera, con la cual la persona firma un contrato de leasing y empieza a vivir en la casa abonando al banco mes a mes el “arriendo”. Si paga cumplidamente el tiempo fijado (15 años, 20 años), al final de ese tiempo el banco le hace la transferencia de la propiedad y en ese momento realmente la persona se vuelve propietaria del inmueble.
Otros gastos
Para comprar una vivienda necesitará dinero adicional al valor de la misma, para cubrir gastos necesarios para el proceso, como lo son el certificados de tradición y libertad (cuando el inmueble es usado); autenticación de la promesa de compraventa en Notaría; gastos para el crédito hipotecario, que varía de acuerdo al banco; avalúo, que representa el 1 por mil del valor comercial del inmueble; estudio de títulos; y los gastos de cierre, que corresponden a los cobros que formalizan la transferencia de la propiedad del inmueble, para que sea el propietario legalmente y se registre la hipoteca sobre el mismo.
Con estas claves, anímese, aproveche las tasas de interés que tienden a bajar y haga realidad ese sueño de tener casa propia.
VIS y no VIS
Al momento de comprar la vivienda, también debe tener claro qué tipo de proyecto es. Existen Viviendas de Interés Social, VIS, y no VIS.
La Vivienda Familiar Normal es aquella que está por encima de los 135 salarios mínimos legales mensuales. Para este tipo de propiedades se contemplan préstamos que por lo general cubren el 70% del valor del inmueble. No obstante, ya existen algunas opciones que financian el 80% y hasta el 90%.
La Vivienda de Interés Social (VIS) es aquella cuyo valor es inferior a los 135 salarios mínimos legales mensuales. Estas cuentan con exenciones tributarias especiales y tienen el beneficio adicional de los auxilios que entregan las cajas de compensación.
Dichos auxilios no aplican para las viviendas familiares normales. Por lo general, el valor de la subvención es del 7% y sólo se puede recibir una vez en la vida de cada usuario.
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